En un rincón especial de Lima, se encuentra un distrito que ha cautivado no solo a sus habitantes, sino también a toda América.
La rica historia de Lima, la capital de Perú, es un fascinante crisol de culturas, tradiciones y arquitectura que se remonta a siglos atrás. Entre sus calles empedradas y plazas históricas, la Lima colonial emerge como un testimonio vivo de la grandeza y el esplendor de épocas pasadas. En este viaje a través del tiempo, exploraremos algunos de los lugares turísticos más emblemáticos que dan vida a la Lima colonial.
El corazón de la Lima colonial late en la majestuosa Plaza Mayor, también conocida como Plaza de Armas. Este espacio emblemático fue el centro neurálgico de la ciudad desde su fundación en 1535 por Francisco Pizarro. Rodeada por imponentes edificios coloniales, como el Palacio de Gobierno y la Catedral de Lima, la Plaza Mayor es un lugar donde el pasado cobra vida. Pasear por sus jardines cuidadosamente conservados y admirar la arquitectura colonial es sumergirse en la esencia misma de Lima.
Con su imponente fachada barroca y sus elegantes torres, la Catedral de Lima es un monumento icónico que domina el horizonte colonial. Construida en el siglo XVI sobre el terreno donde Francisco Pizarro colocó la primera piedra de la ciudad, esta obra maestra arquitectónica alberga tesoros artísticos y religiosos de incalculable valor. Sus intrincados altares dorados, capillas adornadas y criptas históricas son testigos silenciosos de la rica historia de la ciudad.
Otro tesoro arquitectónico que merece la pena explorar en la Lima colonial es el Palacio de Torre Tagle. Esta joya del barroco limeño, construida a principios del siglo XVIII, es un ejemplo excepcional de la arquitectura virreinal. Con su impresionante fachada tallada en piedra de cantería y sus balcones de madera finamente trabajados, el Palacio de Torre Tagle es un remanso de elegancia y sofisticación en el corazón de la ciudad.
Sumérgete en las profundidades de la historia colonial de Lima explorando el Convento de San Francisco. Este magnífico complejo religioso, fundado en 1546, es famoso por sus catacumbas subterráneas, donde reposan los restos de miles de limeños de siglos pasados. Además de su impresionante arquitectura y su vasta colección de arte religioso, el convento alberga una biblioteca histórica con libros y documentos que datan de la época colonial.
